Y todo empezó porque nací solo y me sentí solo. Caminé por las calles hablando con Mí Mismo y con nadie más. Todos me miraban y se reían de mí, pero yo seguía hablando solo. El miedo y la paranoia y a la burla se apoderaron de mí, pero mi único confidente: Mí Mismo, seguía discutiendo sobre la sociedad conmigo (y alguna que otra trivialidad)...
Él me explicó por qué todos asesinan a lo diferente. Si sos negro en un país de blancos te joden, si sos ciego en un país de videntes (aunque de una ceguera mental increíble) te maltratan, si sos pensante en una tierra de crédulos e irreflexivos te matan.
Yo me refugié en los libros ante la burla y en la ortografía al ver que yo era lo peor de este mundo (al menos así me consideré)... Y yo todo esto discutía con Mí Mismo...
Y me abrazé, y me corté, y me sentí bailando tecktonik en la punta del Monte Everest, y la besé, y sonreí, todo con Mí Mismo: Mi gran chero...
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