Poesía, Vida, Sexo, Amor, Sociedad...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Miscelánea

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Ustedes le llaman un año, yo le llamo vida. Vengo de un planeta lejano donde no hay permiso para no ser, donde la maza sin visión y convicción es nada, se etiqueta como inservible, mas no se desecha. Decidí insertarme con ustedes en esta vida, perdón en este año, y conocer, explorar y comprender. Y con temor de parecer “La Marioneta” les digo…

Nomás vine me di cuenta que nada es lo que parece, aunque lo que parece te puede dar una idea de lo que es, nada es lo que parece. Aprendí que el cuerpo de una mujer no se debe de buscar con una insignia en la frente, sino que éste llega, sólo tenés que ser vos mismo. Aprendí que la penetración no es un fin, es un medio.

Aprendí tanto de ustedes. Dejé de intentar que ustedes aprendieran algo de mí, sino todo lo contrario. Aprendí que se aprende más en las calles que en un pupitre; bueno o malo lo que allí se aprende, pero se aprende más. Comprendí que antes que todos me acepten yo tengo que aceptarme. Aprendí que lo ideal es un concepto, que lo que existe es lo real y si querés llegar a ideal tenés que estar dispuesto para hacerlo.

Aprendí que su sonrisa talvez pueda ser fraterna y no sexual. Quizás no hay feo. Aprendí que muchos de su raza sonríen aún cuando no quieren, que muchos sonríen cuando en sus entrañas lloran. Aprendí a desaparecer cerrando mis luceros. Aprendí que lo bello es aquello que se experiencia, no lo que se ve. ¡Bello el amanecer! ¡Bello el amor! ¡Bella aquella que aún cuando no le importés se detiene a decirte la verdad de una manera tal que no te duele!

Me di cuenta que la sonrisa del hombre bonachón del cual todas se burlan no lo hace a él quedar como estúpido, sino a vos como un idiota. Aprendí que la apariencia no es nada más que física, que la apariencia no se puede comparar a los sentimientos. Aprendí que para un artista hasta el vestirse es algo innecesario. Noté que la burla es sólo una manera de esconder los sentimientos más oscuros y desconocidos.

Aprendí que la poesía es para unos versos a los cuales tenés que analizar, para otros un gol de chilena, para otros un beso de su amada o simplemente un beso, para otros el caminar con las manos y comer con los pies y para mí, poesía lo es todo: oscura, incomprensible, bestial pero es poesía. Sin embargo, hay muchos que viven sin poesía. Cuando llegue a mi planeta definitivamente oraré para que ustedes puedan encontrar su poesía.

Aprendí que los tatas nunca pueden ser tus cheros, si lo son, en definitiva están equivocados. De ustedes descubrí el baile, el baile me llenó tanto que nunca quisiera dejar de bailar. Descubrí que para ser único sólo se necesita actuar y no pensar, mas ese camino te presenta dos alternativas, ser el único pendejo que no madura o ser el único que vive un día a la vez.

***

¿Paranoico? Sí, lo soy. Bueno lo he sido. Hoy no tanto, pero definitivamente lo fui. Creo que nadie me entenderá. ¿Sabés que es no poder caminar en una calle sin sentirte inseguro? ¿Sentir que hablan de vos y te señalan? ¡Te señalan tanto! ¡Ah…! ¡La risa! Esa risa que hace que me retuerza tratando de caminar más rápido. Simplemente no puedo caminar sin sentir sus burlas. ¿Qué de mí? ¿Por qué te importo? ¿Te importa tanto nuestro contraste de piel? ¿A mí me gustan las mujeres y a vos los hombres? ¿Te importa? Dejá de burlarte de mí, por favor.

No lloraré enfrente de vos, ¿me entendés? No lloraré. Demasiado he llorado por tu apestosa sonrisa. ¿Los niños? Los predilectos de lo divino son los peores. Sus risas duelen más porque son sinceras. Porque cada vez que un niño se reía de mí mis putas pendejas ganas de vivir se extinguieron poco a poco.

¿Por qué no me suicido? No quiero llamar más la atención. Porque todos me hablan. Todos se burlan de mí. ¿Qué sería de mí si me suicido? ¿Qué sería de mí si todo el mundo especulara sobre mi muerte? Demasiado me he sentido en sus labios para soportarlo una vez más. Íkneu, tiáhuit túnal. En realidad, no tengo amigos con los cuales ir. Ellos también hablan de mí. Ellos se alejan porque soy raro. Porque no me entienden. Así que solo quiero ir solo. Simplemente dejame cerrar los ojos. Cerrar los ojos para que todo desaparezca. ¡Shhh! No más burla, no más menosprecio; acá no hay autocrítica. Las voces se callan poco a poco…

¡Shh!

¿Qué es la soledad?

***

Y pensar que yo quise ser como vos. Y pensar que quise ser igual que vos. Pero ahora vi tu verdadero color. Mis ojos ardieron cuando vi la sangre, al mismo tiempo que vomité viéndote desnudo. Esa mujer estaba tirada en la calle, convulsionando de dolor. Yo hice lo que pude, te lo juro que yo hice lo que pude. Simplemente abrazarla y dejarla sangrar. ¡Yo no sabía qué hacer! ¡Entendeme! Pero esto no es acerca de mí, es acerca de tus entrañas. Esas entrañas que te dieron la vida al lado del trino; esas manos que te tuvieron y te limpiaron la sangre sin siquiera renegar.

Viejo, la sangre de tu sangre corrió por esa acera. Vos no hiciste nada. No, no entiendo. Sí yo también a veces soy malo. Sí, sos joven. Tenés que madurar. Lo comprendo. Sin embargo… ¡No! Tu vieja estaba tirada en la calle llena de sangre.

Y vos la empujaste, vos la aventaste al vacío, vos me la mataste. No, bueno, en realidad no fuiste sólo vos. ¡Fue la burocracia, la hambruna, la ignorancia, el asesino de la letra C y las malas decisiones! Ellas empujaron a la dulce paloma al acantilado, mas tuyo, tuyo fue el impulso final. Ese impulso que la mató, la asesinó.

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