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jueves, 4 de noviembre de 2010

A mi Dulcinea de las Papas...

Mi señora, ya no llore.

Sé que a usted le pesa el dolor

Mas volará igual que el cóndor,

Por su merced ya hay quien ore.


Dolor sentí, usted lloraba.

Llore necesario, amiga.

Por pobres busque la miga

Del oro pan que da el Abba.


Que usted reirá, prometido.

Que usted disfrutará de luz,

Y su alma viajará en el bus

Después de lo padecido.


Dama, que nada le turbe.

Amor, que nada le espante.

Porque su Dios ya le contó.

Amor de madre, enamoró.

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