El niño frente a Dios juega fútbol.
No hay nada que lo pare esta vez,
Ninguna mirada que lo haga sentir inferior.
Su sonrisa no cambia, sigue sincero…
“Entendeme, si yo pudiera hablarte lo haría…
Conversar con vos algún día quisiera.
Porque sé que vos crees que soy maza sin cantera.
Yo te entiendo, mas vos a mí no me entendés...”
El niño frente a Dios juega fútbol…
El niño murió desde que nació enfrente de nuestros ojos…
El niño creció muerto, atrofiándose con la televisión…
Su madre lo abrazó y nunca lo soltó.
“Si lloro es porque siento que tengo que llorar.
Si río es porque mi risa es la risa más honesta que jamás pudiste haber visto.
Si te empujo es porque nadie me enseñó urbanidad.
Si no te dejo ir es porque sólo con vos me siento seguro.”
El niño y su ángel para toda la vida…
El niño y su atrofiado ser me ha enseñado mucho.
¿Qué se puede hacer por los niños discapacidad?
¿Encerrarlos y pretender que nunca existieron?
“Agradezco a Dios que nunca viví en Grecia,
De ser así hubiera sido asesinado por tus prejuicios perfeccionistas.
Porque yo valgo, y valgo mucho, más de lo que creés.
Pero el sistema no me entendió y sobre la ignorancia me dejó caer…”
El niño, profundo, y el señor ruiseñor cantan la triste canción de abandono.
¡Jugá fútbol, pedacito de cielo! ¡Amá, pena mía! ¡Te amo!
Bendita, bendita tu alma por Dios…
Maldito, maldito sos por la sociedad.
“Decime que me amás aún con mis dientes podridos…
Abrazame aún cuando yo no te lo pida…
¡Sólo quiero jugar con fútbol!
¡Sólo quiero ir a la escuela! ¡Sólo quiero alejarme de la miseria!”
¿Y qué con eso señores? ¿Qué con eso?
Los niños especiales: los niños por vos olvidados…
¿No te da vergüenza, Emperador, no te da vergüenza?
Ver a los niños en escuelas donde hasta el más miserable se siente miserable…
“Triste me siento, triste lloro, triste vuelo, triste vivo…
Jugaré fútbol hasta que muera…
Porque sólo allá, sólo allá mis piernas servirán…”
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