Poesía, Vida, Sexo, Amor, Sociedad...

jueves, 24 de mayo de 2012

Santa Tecla – Antiguo Cuscatlán – San Salvador



Hace 2 segundos


La ciudad salvadoreña. Una simbiosis entre lo verde y lo cemento. Entre el Facebook y hacer currículums vitae a mano. Entre Vans y comprar pantalones “punteyuca” en El Centro. Entre “mi comandante se queda, se queda, se queda” y Armin Van Buuren. Entre andar choteando y go shopping. Entre procesiones de Semana Santa y Santa Tecla Fashion Week. Entre escasez de agua y iPads. Entre Blackberries y servicio de autobús público. Entre clase casitas de fósforo y Multiplaza. Contrastes. ¡Mercantilismo salvaje! Entre costumbrismo y spanglish. Entre trajes coloniales de indígenas bailando “Las Cortadoras” y la mujer con corona (bueno, coronas) pintarrajeada, sociológicamente atractiva, con párpados agasajados con morado y unos aretes plásticos gigantes con un pelo amarillo exaltado, gritón, triste, falso, con un pelo amarillo ¡que grita El Grito! ¿Me doy a explicar? Estas ciudades de este mundo. Hermosas, retorcidamente hermosas. Tan capitalistas como todas, tan grises, tan esmog, tan tercermundistas. ¡H E R M O S A S! Sucias, ciudades. Ciudades. Rutas de buses, tan pasarelas. ¡Señales! ¡Avisos! ¡Buenas costumbres! El realismo absurdo de las ciudades salvadoreñas del tercer mundo me ha cautivado. No es folclor; no es tomar fotos de niños con cara sucia y descalzos, subirlas a Facebook y decir: “¡He sobrevivido, sobreviví al tercermundo! Yo, yo, Manuel Montano soy un aventurero y he venido a El Salvador a conocer lo tropical, la pobreza y desigualdad (una antes que la otra) son sólo el pasaje, lo pintoresco, lo turístico” ¡NO! Es más bien un: “Yo, Manuel Montano, soy tercermundista, no me jodan con “en vías de desarrollo”. Yo, Manuel Montano, soy de acá, lo vivo, lo palpo, quizás lo vuelva arte (no, nene, ya es harte, arte, harte). Yo, Fulano de Tal, Mengano de Allá, Sultano de éshta, vivo la ciudad; y aunque la odie-ame en una forma dual, no me puedo ir de acá. Soy de la ciudad”. Porque somos tercermundistaspostmodernistas. Y necesitamos dones Salarrués de ciudá, niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario