Hace 2 segundos
La
ciudad salvadoreña. Una simbiosis entre lo verde y lo cemento. Entre el
Facebook y hacer currículums vitae a mano. Entre Vans y comprar pantalones
“punteyuca” en El Centro. Entre “mi comandante se queda, se queda, se queda” y
Armin Van Buuren. Entre andar choteando y go shopping. Entre procesiones de
Semana Santa y Santa Tecla Fashion Week. Entre escasez de agua y iPads. Entre
Blackberries y servicio de autobús público. Entre clase casitas de fósforo y
Multiplaza. Contrastes. ¡Mercantilismo salvaje! Entre costumbrismo y spanglish.
Entre trajes coloniales de indígenas bailando “Las Cortadoras” y la mujer con
corona (bueno, coronas) pintarrajeada, sociológicamente atractiva, con párpados
agasajados con morado y unos aretes plásticos gigantes con un pelo amarillo
exaltado, gritón, triste, falso, con un pelo amarillo ¡que grita El Grito! ¿Me
doy a explicar? Estas ciudades de este mundo. Hermosas, retorcidamente
hermosas. Tan capitalistas como todas, tan grises, tan esmog, tan
tercermundistas. ¡H E R M O S A S! Sucias, ciudades. Ciudades. Rutas de buses, tan
pasarelas. ¡Señales! ¡Avisos! ¡Buenas costumbres! El realismo absurdo de las
ciudades salvadoreñas del tercer mundo me ha cautivado. No es folclor; no es
tomar fotos de niños con cara sucia y descalzos, subirlas a Facebook y decir:
“¡He sobrevivido, sobreviví al tercermundo! Yo, yo, Manuel Montano soy un
aventurero y he venido a El Salvador a conocer lo tropical, la pobreza y
desigualdad (una antes que la otra) son sólo el pasaje, lo pintoresco, lo
turístico” ¡NO! Es más bien un: “Yo, Manuel Montano, soy tercermundista, no me
jodan con “en vías de desarrollo”. Yo, Manuel Montano, soy de acá, lo vivo, lo
palpo, quizás lo vuelva arte (no, nene, ya es harte, arte, harte). Yo, Fulano
de Tal, Mengano de Allá, Sultano de éshta, vivo la ciudad; y aunque la odie-ame
en una forma dual, no me puedo ir de acá. Soy de la ciudad”. Porque somos
tercermundistaspostmodernistas. Y necesitamos dones Salarrués de ciudá, niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario