un poco de poemas un poco de fotos un poco de luz un poco de oscuridad egocentrismos por supuesto
Poesía, Vida, Sexo, Amor, Sociedad...
jueves, 24 de mayo de 2012
Te amo, nan
me mira las uñas
me las revisa
Ora
y me toma
de las manos.
Platicamos
beso su cabeza
Vive por nosotros
Y ahora:
mira mis manos.
las palpa con las suyas
Sus ojos esconden
misterios
Mira
se remira en mí,
lo sé.
Lo sé.
Suspira.
Mira
mis manos
como diciendo
¿que no somos eternos?
¡No Me Sale! @EseEs_ Así que eres de El Salvador, Dime ¿Qué se siente ser vergon?
No nos gusta llamarnos tercermundistas, nos gusta más el epíteto "luchador". Pretendemos ignorar que llevamos una semana sin servicio de agua (y agua) con el clásico Real Madrid-Barcelona. Adiós, cuídese. Sí, ya no voy a andar diciendo esas cosas. Ignoro el machismo viendo Will And Grace, Hospital Central, Grey's Anatomy y So, Do You Think You Can Dance?, porque, aunque soy un alienado: lavo la pila y saco, guacalada tras guacalada hasta la última gota de agua y la guardo en barriles y cántaros para que sirva para la letrina. Voy a defecar al inodoro, me siento en él: el baño tiene azulejos y ducha eléctrica (más eléctrica que ducha en este momento), el papel higiénico es Scott Mega Plus y tengo un aromatizador marca Glade en aerosol que me trae el olor de las cumbres nevadas de Suiza a esta peculiar habitación; la puerta es de vidrio ahumando. Ocupo generalmente el tiempo que paso sentado haciendo mis necesidades para revisar mi teléfono celular. Acabo. Corto cuatro hojas y me limpio el ano. Plsht. Plsht. Echo aromatizador, pero el olor a heces (yo le veo más forma de elyes) fecales con el estrepitoso olor suizo forman una apestosa maza invisible e intangible que me obliga a cerrar la tapadera del inodoro. Voy a la pila (que sirve de lavaplatos, lavamanos, lavatrapeadores y xenote para la lavadora "automática") y agarro un guacal rojo y grande con agua, ahí meto las manos y me las enjabono, me las limpio con la misma agua. Camino de regreso al baño con el guacal rojo y grande lleno de agua jabonosa, abro la tapadera y dejo caer el hachedosó blanquito sobre las eses que parecen otras letras. Me seco las manos en una toalla rosada y suave y delicadita que le regalaron a mi Abuelita para el día de las madres en San Francisco, California. Tuiteo que estoy comiendo pupusas.
The Old Fashion Way
Buscando una Gocta en
la Universidad de El Salvador
Salgo.
Desesperado.
Impresionado con la
escritora que parece europea con esos sus ojos zarcos.
Todos tienen los hojos
inchados.
De tanto estudiar o/y
fumar mota.
(No, no reproduzcás
los estereotipos: “casi nadie” estudia aquí).
Gente que queremos
de alguna manera u otra
/superarnos
Old fashion way;
Aquél dijo que creo en
una revolución frustrada
Utópica.
El
desencanto.
Yo digo que no creo.
El cigarro se agarra
así, como hombre.
¿Dónde estás, Gocta?
Casa de Valeria
Caminé hasta la casa
de Valeria
como queriendo y no queriendo.
como todo,
creyendo
en
la
magia
de
un encuentro causal
casual.
Mis piernas decidieron
Adelante
Caminé
Hasta la casa de Valeria
para sentirme onírico
O soy un soñador maleducado
que se arrecuesta
cuando nos besamos
O soy un malsoñador educado
que se atraviesa
todas las colonias
hasta llegar a la amarilla
y
salvadoreña
casa de Valeria
estar enfrente
de la amarilla puerta
y no tocar
por miedo a despertar
a la Abuelita de Valeria
Desnudarte para desnudarme
Es como una
piedrita.
Es como una semillita roja de
Utcubamba
/a
alguien
que
sabemos que merece nuestro llanto
se merece el regalo de nuestras
congojas.
Es como
gritarle
“soy una víctima, pero soy muy fuerte”
(Comerciales,
pasan muchos comerciales en las novelas de Televisa)
¡Gritar en la torre del Museo Tecleño!
Anunciarlo
Pasos:
1. Intimar.
2. Buscar un momento callado.
3. Dar vueltas hasta llegar al “es
que…”
4. Arrancarte la curita.
5. Silencio.
6. Demostrar con pruebas verídicas y
confidenciales (lo confidencial es vital) y una sonrisa de aigüilsorvaiv que
sos un sufrido y tu sufrimiento es sublime, tu lucha justa.
7. Esperar a que te rechacen para
iniciar el escándalo.
8. Terminar como un ganador.
9. Silencio.
10. ¡Me aprobó!
11. Te regalo mi egocentrismo
12. Tengo derecho a que te callés, me
tengás lástima, que comprendás que estás equivocado, que te (me) liberés de tus
(mis) parámetros infundados, que me escuchés reclamarte a la vida, y, que no
cambies tu pensamiento sobre mí “porque no soy malo”.
Vos
)Yo(
me permito
la incomidad.
Esperanza,
te di la oportunidad de intuirlo.
Y vos a mí,
de no explicarte nada.
Es mejor
así.
Explicaciones,
pedíselas al ayote,
y al papa.
Santa Tecla – Antiguo Cuscatlán – San Salvador
Hace 2 segundos
La
ciudad salvadoreña. Una simbiosis entre lo verde y lo cemento. Entre el
Facebook y hacer currículums vitae a mano. Entre Vans y comprar pantalones
“punteyuca” en El Centro. Entre “mi comandante se queda, se queda, se queda” y
Armin Van Buuren. Entre andar choteando y go shopping. Entre procesiones de
Semana Santa y Santa Tecla Fashion Week. Entre escasez de agua y iPads. Entre
Blackberries y servicio de autobús público. Entre clase casitas de fósforo y
Multiplaza. Contrastes. ¡Mercantilismo salvaje! Entre costumbrismo y spanglish.
Entre trajes coloniales de indígenas bailando “Las Cortadoras” y la mujer con
corona (bueno, coronas) pintarrajeada, sociológicamente atractiva, con párpados
agasajados con morado y unos aretes plásticos gigantes con un pelo amarillo
exaltado, gritón, triste, falso, con un pelo amarillo ¡que grita El Grito! ¿Me
doy a explicar? Estas ciudades de este mundo. Hermosas, retorcidamente
hermosas. Tan capitalistas como todas, tan grises, tan esmog, tan
tercermundistas. ¡H E R M O S A S! Sucias, ciudades. Ciudades. Rutas de buses, tan
pasarelas. ¡Señales! ¡Avisos! ¡Buenas costumbres! El realismo absurdo de las
ciudades salvadoreñas del tercer mundo me ha cautivado. No es folclor; no es
tomar fotos de niños con cara sucia y descalzos, subirlas a Facebook y decir:
“¡He sobrevivido, sobreviví al tercermundo! Yo, yo, Manuel Montano soy un
aventurero y he venido a El Salvador a conocer lo tropical, la pobreza y
desigualdad (una antes que la otra) son sólo el pasaje, lo pintoresco, lo
turístico” ¡NO! Es más bien un: “Yo, Manuel Montano, soy tercermundista, no me
jodan con “en vías de desarrollo”. Yo, Manuel Montano, soy de acá, lo vivo, lo
palpo, quizás lo vuelva arte (no, nene, ya es harte, arte, harte). Yo, Fulano
de Tal, Mengano de Allá, Sultano de éshta, vivo la ciudad; y aunque la odie-ame
en una forma dual, no me puedo ir de acá. Soy de la ciudad”. Porque somos
tercermundistaspostmodernistas. Y necesitamos dones Salarrués de ciudá, niño.
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