Querida maestra M:
Hace poco tiempo conocí los libros. Hace mucho tiempo conocí la literatura. He cambiado mucho desde aquellos años cuando importaba el sello de excelente y el diez perfecto en matemáticas (todavía me importa lo académico, pero ahora trato de buscar la verdadera inteligencia).
Cuando empecé a tomar conscientemente los libros me di cuenta de muchas cosas. Soy más callado ahora, de repente se me hizo ilógico hablar pura mierda. Me cansó reirme de los demás para sentirme bien. Me cansé de fingir mi voz y jugar fútbol para complacer a los demás. Hay veces que las pláticas que escucho en mi medio me parecen tan vacías que ni siquiera me atrevo a opinar, porque no quiero quedar como un estúpido en una plática estúpida.
Utilizo ahora "los lentes oscuros de la adolescencia". O negro o blanco. O derecha o izquierda. O felicidad o tristeza. Ahora me veo desnudo en un espejo y me reconozco. Me siento más. Lloro más últimamente, amo más últimamente, sueño igual (siempre he sido un soñador). Muchos de mis semejantes me dan escalofríos. Hay tantos que se creen "en centro de la mera verga en salsa" porque saben o no saben algo que la mayoría sabe o no sabe. Y me da miedo convertirme en ellos.
Tengo ganas de abrazar a Armijo, me enamoré de su triste poesía. Con Dalton, me cago en toda la burguesía. Con Lars, me transporto a la infancia querida: a esa casa que nunca tuve, a esa sonrisa que nunca experimenté. Quiero convertirme en un devorador de libros y un león baletista. Quiero reformar. Quiero amar. Quiero vivir.
Todos esperan mucho de mí, yo también espero bastante de mí. Pero no de la manera en que los otros me visualizan. Quiero creer en Dios, pero me cuesta demasiado (y mi corazón se quema cuando siento que lo niego). Quizás porque como me dijo una evangélica "pienso con mi mente humana", lo siento pero hasta el momento es la única que tengo.
Ahora observo más...
El cielo me sonríe a veces, la luna llora por los niños de las marginales todas las noches (y ella misma me lo contó), la danza contemporánea me ha seducido, la literatura me ha cambiado, se me presenta algo divino cada vez que veo una planta florecer, he probado muchas plantas, he sentido una mano amiga, he estado bastante confundido, el mar me ha tragado.
No sé porqué saco los dedos en esa foto. Ahora también la sociedad me causa indignación. Contradicción últimamente ha sido mi más acertado apodo. He cambiado y usted ha cambiado. Sólo sé que no sé nada.
Gracias por presentarme a la literatura, es una mujer muy exigente. Es una madre.
Atte.,
Deko...
(Usted sabe cuál es mi verdadero nombre).
Hace poco tiempo conocí los libros. Hace mucho tiempo conocí la literatura. He cambiado mucho desde aquellos años cuando importaba el sello de excelente y el diez perfecto en matemáticas (todavía me importa lo académico, pero ahora trato de buscar la verdadera inteligencia).
Cuando empecé a tomar conscientemente los libros me di cuenta de muchas cosas. Soy más callado ahora, de repente se me hizo ilógico hablar pura mierda. Me cansó reirme de los demás para sentirme bien. Me cansé de fingir mi voz y jugar fútbol para complacer a los demás. Hay veces que las pláticas que escucho en mi medio me parecen tan vacías que ni siquiera me atrevo a opinar, porque no quiero quedar como un estúpido en una plática estúpida.
Utilizo ahora "los lentes oscuros de la adolescencia". O negro o blanco. O derecha o izquierda. O felicidad o tristeza. Ahora me veo desnudo en un espejo y me reconozco. Me siento más. Lloro más últimamente, amo más últimamente, sueño igual (siempre he sido un soñador). Muchos de mis semejantes me dan escalofríos. Hay tantos que se creen "en centro de la mera verga en salsa" porque saben o no saben algo que la mayoría sabe o no sabe. Y me da miedo convertirme en ellos.
Tengo ganas de abrazar a Armijo, me enamoré de su triste poesía. Con Dalton, me cago en toda la burguesía. Con Lars, me transporto a la infancia querida: a esa casa que nunca tuve, a esa sonrisa que nunca experimenté. Quiero convertirme en un devorador de libros y un león baletista. Quiero reformar. Quiero amar. Quiero vivir.
Todos esperan mucho de mí, yo también espero bastante de mí. Pero no de la manera en que los otros me visualizan. Quiero creer en Dios, pero me cuesta demasiado (y mi corazón se quema cuando siento que lo niego). Quizás porque como me dijo una evangélica "pienso con mi mente humana", lo siento pero hasta el momento es la única que tengo.
Ahora observo más...
El cielo me sonríe a veces, la luna llora por los niños de las marginales todas las noches (y ella misma me lo contó), la danza contemporánea me ha seducido, la literatura me ha cambiado, se me presenta algo divino cada vez que veo una planta florecer, he probado muchas plantas, he sentido una mano amiga, he estado bastante confundido, el mar me ha tragado.
No sé porqué saco los dedos en esa foto. Ahora también la sociedad me causa indignación. Contradicción últimamente ha sido mi más acertado apodo. He cambiado y usted ha cambiado. Sólo sé que no sé nada.
Gracias por presentarme a la literatura, es una mujer muy exigente. Es una madre.
Atte.,
Deko...
(Usted sabe cuál es mi verdadero nombre).
Que alegría me da saber que no vas a la deriva... que la literatura te dió la llave para abrir la puerta del camino correcto!
ResponderEliminarel porqué de las cosas? ¿de dónde vengo y hacia dónde voy?
estas interrogantes dan fé y lúz que marchas por el camino correcto!
las respuestas???
Me gusta tu forma de expresarte! .... aunque a veces me da un poco de miedo entender que esos son tus pensamientos... sos grande! :)
ResponderEliminarK..
Cadamongue:
ResponderEliminarSí, esas en definitiva son interrogantes con las cuales tenemos que vivir y la literatura ha acrecentado en mí todas esas dudas, suena malo, pero no lo es; al contrario, agradezco mirar las cosas con un enfoque distinto.
K:
Muchas gracias, bueno ese es quien soy. :)